Como parte del Edelman Trust Barometer, se realizó el reporte especial, Confianza en el lugar de trabajo y el coronavirus. Para realizar este reporte se encuestó a 3,400 personas durante la semana del 22 de agosto de 2020, en los siguientes 7 países: Francia, Alemania, India, Singapur, Corea del Sur, Reino Unido y EE. UU.
Estos son los puntos más importantes:
- El 78% de los encuestados cree que las empresas tienen la responsabilidad de proteger a sus colaboradores del virus y evitar que se siga esparciendo.
- El 63% espera más información de COVID-19 por parte de su empleador.
- El 62% cree que sin el apoyo de las empresas los países no lograrán superar la crisis.
- Solo el 49% de los encuestados crees que los negocios están implementando las medidas de higiene y protección adecuadas.
- Y tan solo el 29% cree que los CEO´s está haciendo un buen trabajo con las demandas para enfrentar el COVID-19.
- La confianza en el Gobierno aumentó 11 puntos, para lograr un total de 65 puntos en el Trust Barometer; en segundo lugar, se encuentran las ONG´s y las empresas, con 62 puntos; mientras que los medios de comunicación son las fuentes menos confiables con 56 puntos.
- El 68% de los encuestados tiene temor a un rebrote de COVID-19 en su país.
- La mayor parte de los colaboradores a nivel global se siente cómodo trabajando en casa, un 73% de los encuestados afirmó seguir teniendo opción de hacerlo, mientras que el 74% opina que el trabajo remoto no dañará su desarrollo profesional.
- A nivel global el 65% solamente estaría dispuesto a usar una vacuna contra el virus; mientras que, separándolo por géneros, las mujeres son las que menos confían, pues solo el 59% aceptaría recibir una vacuna.
Principales hallazgos del estudio:
- Nos encontramos frente a un gran problema de confianza para regresar a los lugares de trabajo.
- Solo la mitad de los empleados cree que los espacios de oficina son seguros.
- En la mayoría de los países, solo una cuarta parte o más volverá a la oficina antes de Navidad.
- Entre los colaboradores no hay consenso sobre quién debe tomar la iniciativa en la toma de decisiones de regreso al trabajo (autoridades de salud, el gobierno estatal / local, el gobierno nacional y los propios trabajadores)
- Los colaboradores depositan la menor cantidad de confianza en los directores ejecutivos y los altos directivos para liderar el regreso al trabajo.
- No existe un acuerdo sobre las medidas esenciales que permitirían un regreso seguro al lugar de trabajo.
- En la mayoría de los países occidentales, solo la mitad de los encuestados respalda el uso obligatorio de máscaras (53% en EE. UU., 50% en Alemania, 43% en Reino Unido).
- Lo mismo ocurre con el distanciamiento social obligatorio (Alemania 51%, EE. UU. 47%).
- Entre las precauciones que se esperan de los empleadores se encuentran la reducción de la densidad en el lugar de trabajo, controles de temperatura antes de la entrada, límite de viajes no esenciales y protectores de plástico entre las áreas de trabajo.
- Creemos que los empleadores deberán implementar todo lo anterior para lograr la percepción de seguridad.
- Los empleados se sienten seguros por que pueden trabajar desde casa.
- Tres cuartas partes confían en sus empleadores cuando dicen que trabajar de forma remota no perjudicará su carrera.
- Hay pocas ganas de volver a las actividades cotidianas.
- Los encuestados tienen profundas preocupaciones sobre el transporte público.
- La industria de viajes seguirá sufriendo.
- Si bien los encuestados confían más en la seguridad de los proveedores de servicios de salud, pocas personas tienen la intención este otoño de ingresar al consultorio del médico.
- Tenemos una “infodemia”, abundancia de información, poca de ella creíble.
- Si bien más del 50 por ciento nos dijo que obtienen la mayor parte de su información sobre el virus de las principales organizaciones de noticias, un tercio de los encuestados dijo que tenían que escuchar, ver o leer algo en los medios de comunicación tradicionales de tres a cinco veces o más para creer eso.
- Se desconfía particularmente de las redes sociales, y el 37 por ciento dice que nunca creerán una historia si este es el único lugar donde se ve.
- Nos enfrentamos a otra dicotomía potencialmente catastrófica:
- Existe un miedo profundo a una segunda ola, pero una resistencia alarmante a la vacunación.
- Más de dos tercios de los encuestados creen que habrá una segunda ola de Covid-19 en sus países, especialmente aguda en Corea del Sur (83 por ciento) y más del 70 por ciento en el Reino Unido, Francia y Alemania.
- Sin embargo, solo dos tercios de las personas tomarían una vacuna aprobada por el gobierno y sin costo cuando esté disponible.
- Los países más problemáticos son Estados Unidos y Francia, con el 42 por ciento de los estadounidenses y el 49 por ciento de los encuestados franceses inseguros o decididos a no tomar la nueva vacuna.
Para generar y mantener la confianza de los empleados sobre un regreso gradual a la oficina, Edelman da las siguientes sugerencias:
- Asociarse con los gobiernos locales y las autoridades sanitarias para eliminar los obstáculos que garanticen un regreso seguro al trabajo. Se deben incluir la organización de opciones de transporte más seguras e instituir horarios de entrada y salida flexibles.
- Ofrecer de manera constante información confiable y de fuentes expertas.
- Cumplir con los mandatos de salud pública y enfatizar a los colaboradores la importancia de su responsabilidad individual para el bien común: usar cubrebocas y distanciarse físicamente.
- Utilizar datos, insistir en el rastreo y las pruebas de contactos, incluso de personas asintomáticas, y ser lo más transparente posible cuando un colaborador se enferme.
- A medida que el desempeño económico se recupere: restaurar los salarios que se recortaron, pagar bonificaciones por aquellos que tuvieron un desempeño sólido a pesar de COVID-19, promover a quienes se lo hayan ganado.
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Crear un nuevo puesto de Director de Salud Pública (propuesto por Michelle Williams, decana de Harvard T.H. Chan School of Public Health), cuyo objetivo sea resolver los desafíos de salud pública que se cruzan con las prioridades de negocio de la organización, incluido el bienestar de la fuerza laboral, la adopción de vacunas y la justicia social.